Esta es la historia de un padre cuya mayor ilusión era competir al lado de su hijo; este pequeño nació con parálisis cerebral. Nuestros protagonistas nunca vieron esta situación como un obstáculo y juntos entrenaron duramente, hasta que llegó la hora. El Australiano de aproximadamente 60 años, inscribió a su hijo y a él mismo en el Ironman de Australia. Esta es una prueba para gente grande.... realmente gente con mentalidad ganadora, ejemplar y con convicciones tremendamente fuertes. Terminar un Ironman es extraordinario, terminarlo en estas condiciones es algo fuera de este mundo.