Madre Petra nos invita a vivir con la audacia evangélica de poseer “esas alas” que no tienen más traducción que un “amor super”. Amar al estilo de Pablo de Tarso:
¿Quién sufre?
¿Quién llora…?
¿Quién tiene carencias… que yo no me sienta lastimado con él?
Madre Petra nos invita a vivir con la osadía inaudita de volar más arriba, para que en cada nuevo descenso tengamos la intrépida locura de querer hacer nuevas todas las cosas.
(Cfr. Madre Petra, parábola de un amor en alerta)